domingo, 8 de mayo de 2011

Regimiento monstruoso

Tras las últimas novelas del Mundodisco que cayeron en mis manos, tenía la impresión de que la serie estaba declinando. Aunque se mantenía una calidad media más que digna, no se llegaba a cotas anteriores que habían hecho de Prattchett uno de los autores más leídos del mundo.

Pero Regimiento monstruoso es mucho mejor que las anteriores, con todos los ingredientes necesarios para agradar. Aunque, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, los personajes principales son totalmente desconocidos, así como las localizaciones. Estamos en el Mundodisco, sí, pero estamos también ante algo nuevo. Supongo que para evitar totalmente la desubicación del lector, Pratchett utiliza algunos personajes habituales (en este caso Sam Vimes, Angua y William De Worde) como muleta y punto de encuentro.

En esta ocasión, Polly decide vestirse de hombre y alistarse en el ejército de Borogravia para buscar a su hermano, desaparecido hace meses. Empieza entonces un viaje personal que cambiará totalmente su percepción del mundo, en compañía de sus compañeros de regimiento (lo último que queda del ejército de Borogravia), el teniente Blusa (ingenuo oficial que busca gloria y reconocimiento, dando su nombre a una prenda de ropa como es normal que hagan los oficiales legendarios, como el general Fhrac), una especie de Juana de Arco en comunión con la Duquesa de Borogravia, el vampiro Maladicto y el sargento Jackrum, el soldado perfecto que guarda un inesperado secreto

La historia es también un alegato antibelicista y antinacionalista. La usual retórica militar es utilizada con fina ironía, la doble visión de la realidad del militar y del civil, con la del primero totalmente fuera de sentido... Borogravia es un país en guerra con sus vecinos desde hace años, con cualquier pretexto. Una sociedad orgullosa que no perdona las ofensas recibidas. Hasta que ahora se enfrentan a una coalición de sus vecinos que llevan al país al borde del colapso. Y los reclutas se dan cuenta, de la forma más brutal, de que las cosas no es como se las han contado, que aquello de que "van ganando la guerra" es, como poco, dudoso. Y que al final, no se sabe por qué luchan.

Pero el éxito viene por la dirección más inesperada, con la divertida presencia de Sam Vimes como representante plenipotenciario de la decadente Ankh-Morpork.

La novela tiene momentos hilarantes, como la transformación de Maladicto, el vampiro, porque le falta el café (¡Charlie nos viene siguiendo! XDDDD) con el que sustituye su adicción por la sangre.

La lección principal, además de todo esto, es que en ocasiones la diferencia entre un hombre y una mujer es un par de calcetines.

Pues eso, después de algunos momentos de duda, la serie del Mundodisco remonta con este título. Un ocho, con gusto.

1 comentario:

  1. Tiene buena pinta.
    Yo intento espaciar la lectura de los libros de Pratchett para no empacharme, pero siempre es un gusto volver a Mundodisco.

    Lo último suyo que cayó en mis manos fue El último héroe y me encantó.

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