jueves, 4 de agosto de 2011

Juego de tronos

He visto la adaptación que HBO ha realizado de Juego de Tronos, primer volumen de la saga Canción de Hielo y Fuego que está escribiendo el amigo George R.R. Martin y no me ha defraudado.

La verdad es que no he tenido pasión por verla. No he tenido necesidad, por así decir. La he visto cuando ha llegado su hora y, aun teniendo todos los capítulos (diez, para esta primera temporada), los he ido viendo poco a poco y con bastante espacio entre cada visionado. Vamos, que no soy precisamente un fanático al que todo le parece bien (o mal), sino que creo que soy objetivo. 

 Cada capítulo, de aproximadamente cincuenta minutos de duración, comienza con unos títulos de crédito bastante ingeniosos en los que, junto con una interesante y pegadiza banda sonora, los emplazamientos de la serie pasan a tomar volumen mientras hacemos un travelling por Poniente y el Mar Dothraki.

La ambientación es adecuada respecto a lo que esperaba: Invernalia, Desembarco del Rey, las Ciudades Libres, el Muro...Cada uno con sus peculiaridades, forman un conjunto complejo, tanto como en los libros de los que resulta la adaptación. Da una gran sensación de realismo y ayuda a meterse con rapidez en la historia. 

Uno de los problemas principales, a priori, resultaría en la ingente cantidad de personajes que aparecen en la historia, algunos de ellos por muy poco espacio de tiempo. La realización lo ha solventado bastante bien. Parece que estén todos allí, y aunque algunos ni siquiera tengan nombre, son reconocibles.

También se ha solucionado con solvencia el hecho de cambiar la forma de narración. Mientras que en los libros cada capítulo es un punto de vista, la serie de televisión es coral. Pero mantiene el espíritu, que es lo importante. 

El hecho de no ser un fanático hace que no recuerde en qué libro aparecen algunos hechos destacados. Creo que esta primera temporada entremezcla pasajes tanto de Juego de Tronos como de Choque de Reyes, pero no puedo asegurarlo por completo. Lejos de molestarme, creo que haciéndolo así han podido acercar el fenómeno Martin al público general. Entiendo que este era el gran reto, pues aun siendo un fenómeno de ventas, Martin no compite con un (puaj) Dan Brown en cuanto a popularidad para el lector medio. Mal que me pese (esto sí). A la vista de las cifras de audiencia y las declaraciones de la productora, creo que han logrado un merecido éxito.

Pero lo mejor está en el elenco de actores seleccionado, donde hay muchos más aciertos que fallos (todo esto siempre discutible). Empezando por Eddard Stark (un soberbio Sean Bean), siguiendo por Tyrion (asombroso Peter Dinklage), Cersei, Jaime, Jon Nieve, Sansa, Arya, Khal Drogo, Daenerys (achuchable Emilia Clarke), Jorah Mormont... a Joffrey Lannister acabas odiándole, solo por la cara que tiene... Syrio Forel (la primera espada de Braavos no se rinde)

Por ejemplo, no acabé de acostumbrarme a las duras facciones de Catelyn Stark, la cara de bruja de Lisa Arryn o a Theon Greyjoy. Pero son los menos.

Por último, si bien el doblaje es tan bueno como de costumbre, la pronunciación de algunos nombres propios no quedan nada bien (¿Yeimi el Matarreyes?). Puestos a ser quisquillosos, claro está.

Pues eso, que el resultado no puede ser más satisfactorio.
Desde el punto de vista de un no fanático, claro está.


1 comentario:

  1. Me habia perdido yo esta saga...para que veas lo puesto que estoy. Que soy mucho mas friki, con perdon, de boquilla que de corazón. Luego la teleserie...jejeje...o serial.

    A. Aznar.

    Voy a firmar como Grimnebulin a partir de ahora.

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