sábado, 13 de abril de 2013

He venido a hablar de mi libro

Bueno, no exactamente...

El libro es de Michael Connelly, pero es que tenemos un asombroso parecido físico ambos dos... o por lo menos eso es lo que me dicen por la calle. Bueno, por la calle tampoco. Me lo dicen compañeros que han leído algún libro suyo y que han visto su foto en la contraportada (o en la serie Castle).

Este es Michael Connelly:







Y este soy yo, en la tumbona del pueblo:



Bueno, también es el primo Michael. Pero somos como dos gotas de agua, con ese tipo de parecido que si nos ves por separado es asombroso y si estamos juntos pues resulta que no lo es tanto. 

Pero como he dicho, estoy aquí para hablar de mi libro. Y del de Michael también. Precisamente de La oscuridad de los sueños (acertadísima traducción del título original, The scarecrow. Manda narices). Lo cogí en el Círculo de lectores, más por curiosidad que por otra cosa, porque es lo primero que leo del bueno de Michael, aunque tenía buenas referencias (y ese parecido...).

Es un thriller al más puro estilo americano. Un periodista en la cuesta abajo de su carrera se encuentra como por casualidad con dos cosas: su carta de despido y una historia que promete. Tanto promete la historia que se mete de lleno en ella, descubriendo también por azares del destino el modus operandi de un asesino en serie. No lo duda y se dedica en cuerpo y alma a trazar el perfil del asesino psicópata, forjando una historia que será su legado. Aparece una ex, agente del FBI, y la madeja se va enrollando y tal y tal.

Como he dicho es un thriller y no un whodunit, o sea que a lo largo del libro descubrimos quién es el asesino, sin pistas, sin puzzles que resolver. De gratis, vamos. Y con esa premisa tenemos que leerlo (un estilo similar a La estrategia del agua, de Lorenzo Silva, que también reseñé por aquí...).  Alguna sorpresa hay, algún engaño fácil que nos lleva a una sorpresita y tal, pero poco más. 

Eso y que hay un par o tres deus ex machina que chirrían un poco, hollywoodienses a tope y que dejan un regusto un poco amargo, porque son saltos mortales sin red para que avance la historia. Bueno... ¿para la película?

Pero el libro te tiene atrapado desde el principio. Lo leí en cuatro o cinco días y no podía parar. Pocas veces me ha pasado algo así. Lo que no tenemos que olvidar es que estamos hablando de palomitas. Comida rápida, vamos, así que no hay artificios con el vocabulario o la gramática. Es lo que es, y punto. En eso es honesto. 

Por el buen rato que me hizo pasar, un seis. Con perspectiva positiva. 

Para terminar, una terrorífica nota de prensa: Dan Brown vuelve a la carga con Inferno.  El mundo no está preparado para esto.


2 comentarios:

  1. Macho, eres tú en viejecito, jejeje. Pero seguro que él no se faja bajo el tablero como tú. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. yo si estoy preparado para Inferno

    ResponderEliminar