sábado, 21 de diciembre de 2013

Un país al paroxismo

Vuelvo después de unos cuantos -bastantes- días de inactividad en el blog y con una lista de asuntos pedientes que quiero comentar por aquí. Pero es que hoy se cumplen también treinta añazos de aquel famos partido España - Malta, clasificatorio para la Eurocopa de fútbol de Francia ´84. 

Es una de esas cosas que no se olvidan nunca. Yo no he sido nunca un gran aficionado al fútbol, la verdad, pero aquella tarde-noche de diciembre me puse frente al televisor  y a mis diez añitos fui testigo de la machada épica. 

La historia es por todos conocida. España debía ganar a Malta en el último partido. Eso nadie dudaba que iba a pasar. Lo que era más difícil era que se consiguiera por una diferencia de once goles que haría a España clasificarse por delante de Holanda (que tampoco era gran cosa por aquel entonces). 

Y así empezaron a jugar los españolitos. Nombres míticos de nuestro fútbol como Paco Buyo (en la portería en lugar del gran Arconada, no recuerdo muy bien por qué), Víctor, Gordillo, Maceda, Carrasco, Señor, Santillana, Maceda... Nombres que nos han acompañado durante nuestros años mozos. 

La primera parte terminó con el resultado de 3-1 y la sensación de que aquello no iba a ser posible, pero luego...



Recuerdo como el primer día la voz quebrada del no menos mítico José Ángel de la Casa retransmitiendo el último gol, el de Juan Señor, el que nos metía de cabeza en la Eurocopa, y todavía se me pone la piel de gallina.

Ahora estamos mucho más acostumbrados a las glorias deportivas de nuestros representantes. Hemos sido campeones mundiales, olímpicos o europeos en todos los deportes mayoritarios: fútbol, baloncesto, balonmano, waterpolo... tanto en categoría masculina como femenina. Disfrutamos de fenómenos como Gasol, Nadal o Fernando Alonso. Estamos en la cresta de la ola.

Pero en los primeros años de la década de los ochenta, la cosa era bastante distinta. El mundial de fútbol, celebrado el año anterior en nuestro país, se había saldado con un fracaso desmoralizador. Solo Seve Ballesteros o Ángel Nieto eran deportistas de escala mundial en sus respectivos deportes. Conseguir medalla en unos Juegos Olímpicos era poco más que utópico...

Y, lo peor de todo, es que la situación del país era bastante peliaguda. El terrorismo de ETA en su máxima expresión. Apenas habían pasado dos años del golpe de estado del 23-F y el PSOE llevaba un añito en el poder. Paro galopante. Inflación de dos dígitos anuales. Depreciaciones continuas de la peseta. Reconversión brutal en el sector naval, la minería y la metalurgia pesada... Pocas alegrías había por aquellos días, aunque la inocencia de mis diez años hiciera que no fuera consciente plenamente de lo que sucedía a mi alrededor.

Por eso, hoy va mi recuerdo a once chavales en pantalón corto que, persiguiendo una pelota, consiguieron hacer feliz a todo un país.




1 comentario:

  1. Qué bien escribes cabronaco. Suscribo palabra por palabra tu entrada.

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