sábado, 9 de abril de 2016

Charlton Heston, vuelve el hombre

Esta Semana Santa han vuelto, como tantas otras veces, los grandes clásicos a la televisión. Ahora hay tantos canales que es raro que en alguno de ellos no pongan alguna de las películas que hemos visto en decenas de ocasiones. Películas grandiosas, de cuando no había efectos especiales y el dinero se tenía que invertir en decorados faraónicos (nunca mejor dicho) y multitudes de extras, como granos de arena en el desierto. 

Dándole al remo y pensando en sus cosas

Y en muchas de estas superproducciones tenemos al macho alfa por excelencia del cine de los años cincuenta, sesenta y setenta: Charlton Heston (John Charles Carter). Un tipo de más de metro noventa de altura, con mandíbula pétrea y un pecho como un armario empotrado de dos cuerpos que no le importaba lucir en cualquier época histórica o de ciencia ficción. 

En esta ocasión he podido revisionar (no del todo, honestamente) Ben - Hur, Los diez mandamientos (con Yul Brynner como Ramsés) y El Cid (con una guapísima Sofía Loren). En todas ellas es el héroe, inquebrantable, incansable, que es capaz de superar todas las calamidades e incluso de ganar una batalla después de muerto. En todas ellas arranca suspiros de las espectadoras (y supongo que de algunos espectadores). 

Luciendo palmito a la menor ocasión

Pero su filmografía es casi infinita: El mayor espectáculo del mundo (1952, Cecil B. de Mille); Cuando ruge la marabunta (1954); 55 días en Pekín (1963, con David Niven y la no menos bella Ava Gardner); La historia más grande jamás contada (1965, como Juan Bautista); El tormento y el éxtasis (1965, como Miguel Ángel); El planeta de los simios (1968, como el mítico personaje de Taylor) y su secuela; El último hombre vivo (1970, como Neville, en una adaptación de la novela Soy leyenda, de Matheson); Cuando el destino nos alcance (1973, adaptación de ¡Hagan sitio, hagan sitio!); Aeropuerto 75 (1974); Pánico en el estadio (1976) 

A partir de los años 80 se prodigó menos en el cine, pero bastante en peliculas destinadas a consumo televisivo, cuando no series como Dinastía o Los Colby

Envejecido y surcado de cicatrices

En esas ocasiones ya era patente el deterioro físico, principalmente en las dificultades que tenía para caminar, como se puede ver en Un domingo cualquiera (1999), rodada con 76 años, o el cameo en El planeta de los simios de Tim Burton (2001) en la que aparece en la cama. 

Un tipo polémico, miembro de la Asociación Nacional del Rifle, que no escondía sus radical ideología derechista, pero que también será recordado como uno de los actores más prolíficos y más espectaculares de la edad de oro del cine. 

No, ella no es Charlton Heston caracterizado

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