domingo, 19 de junio de 2016

La novia abominable

Esta última Navidad (sí, en Historias de Iramar solo se habla de la más rabiosa actualidad), la BBC (la de verdad, no la del Madrid) emitió un nuevo capítulo de Sherlock. Era lo que podríamos llamar el prólogo de su cuarta temporada y llevaba por título La novia abominable

¿Mola o qué?

Un episodio de calidad, como nos tiene acostumbrados esta maravillosa serie, pero además un episodio en el que tocamos el sabor más clásico de las aventuras de Sherlock Holmes, aquellas publicadas originalmente en la revista Strand. El sabor que nos llega por una brillante caracterización de los personajes, como solo las mejores series británicas de la historia han sabido hacer. 

No hace falta ser la HBO ni Netflix, ni tener unos efectos especiales que hacen de la pirotecnia algo espectacular, ni nada por el estilo, para hacer televisión de calidad. Solo hace falta imaginación, saber hacer y un elenco de actores superlativo. Si además tienes un personaje agradecido, tienes mucho ganado. 

El cartel al más puro estilo de la Hammer, también mola


Y Sherlock es uno de estos personajes agradecidos. Sherlock Holmes es un personaje que aún hoy, más de un siglo después de su aparición en la revista Strand que decíamos, en este siglo XXI en el que solo importa la tecnología y cuántos gadgets tienes. 

Si además la historia, como en La novia abominable, atrapa desde el principio (la atmósfera ayuda mucho), tienes un telefilme (porque el capítulo dura alrededor de 90 minutos) de categoría.

Lo mejor es la brillantez de la trama y la forma que tiene de llevarnos del pasado al presente y vuelta atrás, además de mantener la tensión con el regreso de Moriarty (no, no aparece en este capítulo, pero la cuarta temporada de la serie promete maravillas). Y, cómo no, la sagacidad de Holmes para descubrirlo todo. 

Esperando la cuarta temporada con ansiedad

Lo peor, la sociedad secreta que está detrás de todo no me apasiona. Como no me apasiona nada de lo relacionado con el feminismo (o el revanchismo). 

La novia abominable, una pequeña maravilla que es muy recomendable. Vaya si lo es.

viernes, 3 de junio de 2016

Banderas de nuestros padres

No he visto casi ninguna película de Clint Eastwood como director. Así, de repente, no sabría decir ninguna. Me explico: sé que ha dirigido Million Dollar Baby, Mystic River, Grand Torino y algunas otras. Sé que tiene un gran prestigio detrás de las cámaras, prestigio que le ha costado mucho conseguir delante de ellas (admitámoslo, no es un Pacino o un De Niro).



Las películas anteriores las tengo en mi lista de pendientes. Pero he empezado por Banderas de nuestros padres (luego caerá Cartas desde Iwo Jima) y me he encontrado una pelicula que siendo bélica tampoco lo es del todo. 

Eastwood cuenta la historia de la sangrienta y despiadada lucha para conquistar Japón isla por isla, en esta ocasión Iwo Jima, y al mismo tiempo la historia de la mítica foto de los marines izando la bandera de las barras y estrellas en la cima del monte Suribachi. Historia ésta por demás interesante, y que yo desconocía prácticamente por entero, de una de las fotos más míticas (junto a la de la muerte del miliciano en la guerra civil española, la del Che Guevara que ha decorado miles de camisetas, la de Sharbat Gula y sus ojos verdes, la de la toma del Reichstag)



Una película de personajes, porque Eastwood retrata a los marines protagonistas, con sus miserias, virtudes y defectos, así como sus propias contradicciones. Desde Doc, el sanitario que hace las veces de protagonista (aunque estemos ante un reparto coral) hasta el oportunista Rene Gagnon, que verá la oportunidad de labrarse un futuro como civil una vez termine la guerra. Pasando por Ira Hayes, el Jefe, que no pudiendo vivir la mentira se dará a la bebida para escapar de una vida que siente que no es suya.

Y todo esto entre escenas donde el tableteo de las ametralladoras, las detonaciones de la aviación estadounidense, los bombardeos de la marina y las emboscadas niponas toman el relevo. 


Banderas de nuestros padres no es Salvar al soldado Ryan. No tiene esos quince primeros minutos frenéticos que son de lo mejor que se ha podido ver en una sala de cine. Pero es una película que nos hace pensar en cómo somos como personas, en los valores que poseemos y en qué necesitamos para traicionar esos valores. 

Hoy Banderas de nuestros padres tiene un 7,1 en imdb, y creo que mi nota va a ser precisamente esa. Recomendable para reflexionar.