jueves, 8 de diciembre de 2016

Catástrofe planetaria

Dos libros, tres autores, dos puntos de vista, una sola catástrofe planetaria.

Fritz Leiber nos ofrece El planeta errante, novela de mediados de los años sesenta. Larry Niven (y Jerry Pournelle) por su parte nos dejan El martillo de Lucifer, de finales de los años setenta. Más de una década de diferencia temporal entre uno y otro. 

Psicodelia y LSD

El planeta errante es hijo de los sicodélicos años sesenta. De la nada aparece un planeta a poca distancia de la Tierra. Tan cerca está, que la Luna se parte debido a las tremendas fuerzas de marea que el nuevo planeta ejerce sobre ella. Los astronautas y cosmonautas que habitaban las bases lunares, perecen o escapan por los pelos. 

Mientras tanto allá abajo, en la Tierra, los efectos también se dejan sentir: mareas, terremotos y maremotos. Aunque la mayor parte de la trama se centra en diversos personajes que  observan con sorpresa los distintos acontecimientos.

En este caso, como en las historias de ciencia ficción de antaño, una inteligencia es la fuerza motriz de este planeta. Una civilización, con rasgos de felinos humanoides, ha encontrado la forma de saltar al hiperespacio, viajar tremendas distancias y volver al espacio normal. 

Al final aparece un planeta perseguidor y entre ambos se produce una lucha con rayos de energía que hacen brillar el cielo de la noche terrestre. 

Lo dicho, un hijo de su tiempo. Como muestra, la relación de un terrestre con una alienígena que tiene algo de perversión sexual para ella y que la avergüenza por querer aparearse con un ser inferior.

Por su parte, El martillo de Lucifer es más ciencia ficción dura. No es extraño al ser firmado por Larry Niven, el autor de Mundo Anillo. Pero a diferencia de este, y supongo que por la presencia de Pournelle, la historia es también interesante. 

El fin del mundo se acerca

En este caso es un cometa el que se acerca a la Tierra y se produce una colisión que al principio era bastante improbable. Se describen con precisión los terremotos, maremotos e incendios que se producirían en la costa oeste de los Estados Unidos (el impacto es en el Pacífico), mientras seguimos a diversos grupos de supervivientes. 

También hijo de su época, en El martillo de Lucifer se presenta una visión más apocalíptica, con diversos grupos de personas luchando por su supervivencia, algunos tratando de sacar partido (como una unidad de renegados del ejército estadounidense) de la situación ante la ausencia de un poder centralizado, otros tratando de buscar la manera de que la civilización perviva tal y como la conocemos. 

Es un libro con mayor carga psicológica, con mayor poso en el sentido de que se preocupa de mostrar las reacciones de los ciudadanos corrientes y cómo las circunstancias extremas sacan lo mejor y lo peor de nosotros. En su debe, quizá su poca credibilidad pues estas circunstancias extremas se dan con demasiada rapidez. 

Los planetas sin estrella son una realidad astronómica


Así que tanto el tratamiento como los resultados son diferentes. Mientras que la novela de Leiber me ha parecido bastante mediocre y en ocasiones mala, con un resultado global de insuficiente, la de Niven y Pournelle me ha gustado mucho más, hasta alcanzar un notable bajo.

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