miércoles, 24 de mayo de 2017

Pax Romana

Me encanta la Historia. 

Me encanta la Historia de Roma.

Pax romana va de Historia de Roma, más en concreto durante las Guerras Cántabras a finales del siglo I a.C.

Y, sin embargo, no me ha gustado... ¿Por qué?



Para empezar, el autor carga demasiado la mano en datos y más datos. Tantos que a veces se le va la pinza y aquello parece más una tesis que una novela. Me parece muy bien que un autor se documente. Es más, si hablamos de novela histórica, un autor debe documentarse. Pero un autor no debe recrearse en estos asuntos y abandonar la historia en sí. Y a mí me parece que el bueno de Yeyo Balbás ha pecado por exceso, mucho más que por defecto, y la novela se ve demasiado sobrecargada. 

Luego, los personajes. La sensación que me da es que son muy peliculeros: un decurión del que nunca se dice el nombre pero que resulta ser una máquina de matar; un protagonista de humilde origen (muy humilde origen) que resulta adoptado por uno de los ingenieros militares más influyentes de la época, adopción que se quiere justificar mediante una rocambolesca historia; unos malos muy malos que persiguen al contubernio del protagonista buscándoles las cosquillas... Y, como no puede ser de otra forma, los protagonistas pronto se ven envueltos en un juego en el que son meros peones.

Basado además en las Guerras Cántabras, el mítico Corocota apenas aparece y, cuando lo hace deja una sensación agridulce, así como la mayoría de los encuentros entre romanos y cántabros que se suceden, incapaces de proporcionar la emoción requerida (salvo para hacernos ver qué bien lucha el protagonista, auténtico esgrimista capaz de blandir dos espadas a la vez... raro para un romano, pero quizá por eso resulta que fue entrenado por un antiguo gladiador...). 

Ya lo siento...


Cogí Pax romana con mucho, mucho interés, pero se ha ido disolviendo como un azucarillo y, aunque es de fácil lectura, también será de fácil olvido. 

¿Algo bueno? Que por lo menos es mejor que la trilogía de Artur Balder.


domingo, 21 de mayo de 2017

Cuatro fantásticos (2015)

Definitivamente, la familia más famosa del Universo Marvel no tiene suerte con sus adaptaciones cinematográficas. 

Después de los dos intentos con Jessica Alba de Sue Storm (no sé a quién se le ocurrió que lo iba a petar) y un patético Victor Von Doom, uno de los peores malvados de las adaptaciones de superhéroes (qué gran oportunidad perdida) en los que quizá lo mejor de todo fue la representación de Estela Plateada y lo peor la forma de representar a Galactus. 

Ni ellos mismos se lo han creído

Y en 2015 se estrena Cuatro fantásticos, otro patético intento de revitalizar a la franquicia que no solo no ha tenido éxito sino que quizá los haya descartado de forma definitiva para nuevas entregas que acabó como el rosario de la aurora durante la promoció de la peli, con el elenco principal incapaz de encajar las críticas. 

Actores sin carisma, errores de cásting. ¿En serio hace falta que Johnny Storm sea negro? ¿No basta con Kingpin y con Heimdall? Aunque los dos últimos fueron Michael Clarke Duncan e Idris Elba, por lo menos eso justificaba la elección, pero en Cuatro fantásticos... ¿en serio Michael B. Duncan justifica esto? 

Vale, no seamos puristas y sigamos adelante: el problema de la cinta es que la idea no es mala, pero la ejecución sí lo es. La historia, aunque llena de tópicos, quizá se pudiera haber mantenido si los pilares hubieran sido otros, pero es que según lo estás viendo piensas que lo que están haciendo es una autoparodia. No se explica de otra forma. 

O que realmente las cabezas pensantes del proyecto no han dado para más, lo cual resulta más preocupante si hablamos de los 120 millones de dólares de presupuesto.

¿Y esto qué es?

Una pena cuando hablamos de un grupo de superhéroes que ha salvado la Tierra varias veces contra Galactus y su hambre incontenible, que ha luchado en las Guerras Secretas contra el Todopoderoso, que tiene uno de los archienemigos más carismáticos en el gran Víctor Von Doom, señor de Latveria... Una familia con contactos con el Imperio Kree y que ha derrotado a los Skrull infinidad de veces... Que quizá en nuestro país no tenga la fama que merece, pero que es Historia viva de los tebeos de superhéroes. 

Y van y les hacen esto... por tres veces. O cuatro, si contamos la adaptación de Roger Corman de 1994 de la que desconocía su existencia hasta que San Google me hizo ver la luz...

Un suspenso doliente para Cuatro fantásticos.  

No se lo merecen

domingo, 7 de mayo de 2017

A todo vapor

Última novela propiamente dicha del Mundodisco (y penúltima en la serie total) propiamente dicho, en la que el gran Pratchett continúa narrando cómo los avances de la civilización y la Revolución Industrial llegan al mundo de fantasía que ha desarrollado durante todos estos años. 

La imprenta, el telégrafo, el servicio de correos, los bancos... todos ellos han sido tratados desde el particular prisma de este genio sin par y han enriquecido un universo de fantasía ya de por sí lleno de alicientes para el lector aficionado. 



En esta ocasión, Húmedo Von Mustachen será requerido por el Patricio Vetinari para desarrollar el Servicio de Ferrocarril de Ank-Morporkh, que sin duda ayudará a aumentar el comercio y la riqueza entre las distintas zonas del Mundodisco. 

Es entonces cuando Von Mustachen debe enfrentarse a muchos problemas, desde la impaciencia de Vetinari a que se abra el ferrocarril a Überwald hasta los ataques y sabotajes de una facción de enanos que se opone a todo tipo de progreso, pasando por la avaricia de los dueños de aquellos terrenos que deberán ser expropiados para poder tender las vías y construir apeaderos, estaciones y puntos de abastecimiento. 

Y Pratchett recrea con maestría ese extraño influjo que las locomotoras de vapor siempre han tenido sobre el común de los mortales, máquinas bellas en su complejidad y dotadas de un romanticismo clásico que hace que muchos niños las pidan para reyes, eso sí, a escala. Y padres e hijos se quedan embobados mientras una pequeña locomotora da vueltas y vueltas sobre raíles de juguete. 

Además de alguna que otra sorpresa en referencia al Bajo Rey de los enanos, todo está descrito con la habitual maestría de Pratchett, aunque no con tanta alegría como en títulos anteriores. Quizá porque ya se veía cercano el fin, no lo sé, pero aunque tiene algún momento hilarante, A todo vapor es más de pensar que de reir. 

Es muy interesante comprobar la evolución de su obra desde El color de la magia, pasando de lo que sería una parodia más o menos inteligente de los clichés de la Fantasía a una mordaz crítica de la sociedad de nuestro tiempo basada en esa misma Fantasía. 

Es una pena su pérdida, relativamente joven, porque sin duda han quedado en el sombrero muchas historias por contar. Pero lejos de entristecernos debemos alegrarnos por haber tenido la oportunidad de leer a uno de los autores más inteligentes de la literatura actual. 

Bonita estampa, ¿no?

¡Ah! Y las barbas de un enano esconden más de lo que parece.




miércoles, 3 de mayo de 2017

Homeland (T5)

Hastío.

La quinta temporada de Homeland me produjo  hastío. Más de lo mismo, en una espiral cuesta abajo desde la segunda temporada que, con la salvedad de la T4, se acentúa ahora. 

Volvemos a ver a Carrie, aparentemente retirada del mundanal ruido pero con gran capacidad para verse envuelta en problemas, con esa mirada de lunática y los ojos anegados en lágrimas casi permanentemente (definitivamente no puedo con Claire Danes) en Alemania. 

No, Claire, ni aunque vengas de incógnito


Volvemos a ver a Saul Berenson, también envuelto en problemas para variar. Alguien le quiere empapelar la pérdida de unos archivos y se ve obligado a emigrar...

Peter Quinn se dedica a lo suyo, eliminar objetivos díscolos. Hasta que alguien le pone en el brete de eliminar a alguien conocido...

Y así podríamos seguir. Mientras tanto, una célula yihadista se plantea un ataque con gas nervioso en la estación central de Berlín, donde de seguro se produciría una catástrofe sin precedentes. 

Malos malísimos, buenos de dudosa moralidad, personajes que juegan juegos dobles, tramas cada vez más imposibles... 

El grupo pop de moda promocionando nuevo disco


Una pena cómo una serie cuyas dos primeras temporadas son dignas de un Museo de la Televisión (especialmente la primera), no ha sabido mantener el nivel y, lo que es peor, no sabe cuándo terminar la agonía. 

Mucho tienen que cambiar las cosas para que yo me ponga con la sexta temporada. Por lo menos, no lo haré voluntariamente...