domingo, 7 de enero de 2018

Dos (pelis) para olvidar

Hay ocasiones en las que seguir la moda no es la mejor opción. Si, aún así se quiere hacer, hay que hacer frente a las consecuencias. Como tragarte un par de películas que, como mucho, darían para completar la programación de una tarde de domingo. 

La primera es Escuadrón Suicida. El enésimo intento de DC de igualar al menos el éxito que está teniendo el Universo Marvel en la gran pantalla. El enésimo intento y el enésimo fracaso, porque la historia de este grupo de perdedores, alguno de ellos con buen fondo, no interesa a (casi) nadie una vez agotado el efecto sorpresa del Joker de Jared Leto y la estética gamberra de la Harley Quinn de Margot Robbie. 

Al salir de clase


Ni siquiera Will Smith (Deadshot) está a la altura, y eso que su personaje tiene un motivo lacrimógeno para hacer lo que hace. Ni la despiadada agente del gobierno al cargo del programa, Amanda Waller, es lo suficientemente despiadada para parecer algo más. 



Una película más sin fondo (bueno, en eso se parece un poco a alguna peli de Marvel), que se basa en la estética y la pirotécnica de los efectos visuales más que en la historia, los personajes o los actores. 

Y resulta que en imdb le dan un 6,1... 

La segunda es Warcraft: el origen. Un intento de aprovechar el tirón de WoW y sacar un buen puñado de dólares, euros y otras divisas. Pero también es un ejemplo más de que no todo vale... 

La estética es bastante fiel al universo en el que se basa, y tiene detalles interesantes (el uso de la magia, por ejemplo), pero su conjunto es... decepcionante. Ni siquiera el valor de tener en su plantel a Travis Fimmel (Ragnar Lothbrok en Vikingos) hace que esa sensación remonte (algo por otra parte esperable, porque el bueno de Travis no es precisamente una estrella de relumbrón). 



La historia de la llegada de la Horda, a través de un portal abierto por el impío brujo Gul´Dan, la traición de este a los dioses y costumbres ancestrales, la resistencia de los reinos humanos... Una historia que no transmite, otra vez perdida en una pirotecnia de efectos especiales, en esta ocasión más acusados por la necesidad de representar de forma adecuada a los orcos (en esto sí que consigue nota). 

Tranquilo Fluffy


Una pena de película que al final quedará para consumo de los incondicionales WoW. No obstante, digamos que es mejor que la película que se perpetró de Dungeons and Dragons en 2000, al calor de El señor de los anillos. No es gran cosa, pero algo es algo...

Parece mentira todo lo que se ha originado desde el lanzamiento en 1994 de Warcraft: Orcs & Humans para PC...

Contigo em...pezó todo

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